lunes, 19 de mayo de 2014

Una escritora aficionada y feliz

La historia de Norha Mendieta, una fonoaudióloga que después de jubilarse se dedicó al universo de las letras. No espera fama, solo seguir haciendo lo que la apasiona.
                                                               
Foto de Hernán Vanegas

                                  Por Laura Villamil Barrera
                                         laurav@gente.com.co
                                         LA MOTA
                                         Gente Belén. Mayo 9 al 15 de 2014

Lo único que Norha Mendieta sabía sobre literatura era leerla. Y por eso su primera novela fue resultado del instinto. El universo de las editoriales, el diseño de las publicaciones, la corrección del estilo de la escritura, los requisitos para la impresión de un libro, además de los aspectos más importantes para su nuevo oficio, como la construcción de los personajes dentro de una historia, se le escapaban del conocimiento.
Había ejercido como fonoaudióloga durante 36 años en la Fundación Pro-Débiles Auditivos, 28 de ellos como directora Académica, y había sido docente de la Universidad de Antioquia por más de 20 años. Razones suficientes para ignorar por completo las dinámicas del campo de las letras.
Sin embargo, la inquietud por la escritura empezó a definirle un trayecto distinto al que había conocido en su vida, justo tres años antes de la jubilación. “Un día me encontré con un amigo que me recomendó entrar a un curso. No aprendí mucho pero me impulsó a escribir una novela, basada en un sueño que empecé a tener 20 años después de volver de Montevideo (Uruguay), donde estuve un año haciendo mi especialización”, afirma.
El sueño, bastante frecuente y por momentos tormentoso, sucedía en el Palacio Legislativo de Montevideo. Norha luchaba con los guardias de seguridad para entrar, con un propósito desconocido, pero estos le prohibían el acceso. “Yo me desesperaba, peleaba, me angustiaba mucho porque debía entrar y luego de eso tenía que llegar al aeropuerto. Me despertaba muy alterada y no entendía por qué se repetía”, recuerda.
Entonces, entre el curso y el sueño, empezó a hilar una historia que se daba en el contexto de la dictadura uruguaya (1973-1985); episodio del que fue una testigo pasiva en el año de su residencia. “No era una persona muy política, estaba concentrada en mis estudios. Viví muchas cosas que me pasaron sin darme cuenta. Cuando empecé a indagar sobre el tema, me regalé un viaje a Montevideo de jubilación y estuve seis meses allá investigando”.
Como toda una novelista, estuvo una larga temporada en función de recolectar la información necesaria para escribir lo que quería. Viajaba de un lado para otro en búsqueda de testimonios, gastaba muchos de sus días al interior de la biblioteca del mismo Palacio Legislativo que aparecía en sus sueños, repasaba relatos hasta el cansancio…orrios 11
A su regreso, no hizo más que escribir, pasaba los días con sus noches en un contacto pleno con el teclado, y al mismo tiempo, desconocía si ese ejercicio daría buenos resultados. “Cuando lo terminé, una amiga me contactó con una correctora de estilo que me dijo que lo que había hecho no servía para nada. Sentí una decepción muy grande por todo lo que me había dedicado. Cuando recibí de vuelta el manuscrito decidí reescribirlo con las recomendaciones que me había alcanzado a hacer”.
Su esposo le pidió olvidarse de sus tareas hogareñas para reemplazarlas por horas de escritura. Dice que fue tanta su angustia, que en 10 días logró terminarla, para luego decidir que no quería más ayuda con correcciones, porque si algo significaba su novela, era la tranquilidad de hacer algo que la apasionaba sin esperar reconocimiento.
Después, vinieron las diligencias para lograr la impresión de los ejemplares (con sus ahorros para este propósito), y lo más importante, para hacer el lanzamiento de la novela. “Me fui con mi esposo para Montevideo con el fin de hacer el lanzamiento. Él es de allá y por eso nuestra familia y amigos estaban a la expectativa; los ejemplares eran para ellos. Tras muchas vueltas para lograr el aval de la embajada de Colombia, que era un requisito para que me prestaran un salón en el Palacio Legislativo, hice el lanzamiento de “El ayer que permanece” ante mis amigos el día de mi cumpleaños número 60. Ese fue mi regalo”
EN CONTEXTO
Después de hacer el lanzamiento de su novela “El ayer que permanece”, Norha Mendieta no ha dejado de escribir. De esta manera, logró una nueva novela basada en la Operación Chavín de Huántar en Perú, un procedimiento que implicó la liberación de cientos de diplomáticos y empresarios secuestrados por un grupo guerrillero al interior de la residencia del embajador del Japón en Perú. Para investigar sobre este hecho, la escritora vivió seis meses en Lima, y ahora está a la espera de la respuesta de una editorial para su publicación. Además, en este momento está escribiendo una historia sobre todo lo que vivió en el proceso de elaboración de su primera novela.
 LA ESCRITORA ASEGURA QUE...
-Pasa todas las mañanas escribiendo en el Parque Biblioteca de Belén.
-La escritura es una actividad que disfruta. No la hace en busca del reconocimiento.
- La perseverancia le ha dejado historias que se deleita contando.
-Para leer un poco de lo que escribe, visite elblogdenorhamendieta.blogspot.com.
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